El sepelio
La muerte es difícil para todas las personas, no importa si es intempestiva, si larga y dolorosa, prematura o cuando ocurre a la vejez.
Cada persona vive la pérdida de forma diferente, dependiendo del vínculo que tenía con el difunto, así como con su propio concepto de la muerte.
¿Qué hacer, cómo actuar y afrontar el sepelio?
Inicialmente son momentos de confusión en los que sentimos mucha angustia, nos cuesta creer lo que ha pasado y es posible que además surjan una serie de molestias físicas que irán disminuyendo con el paso de los días.
Es recomendable, dentro de los posible, cuidar la alimentación y el sueño dado que son variables básicas para que nuestro organismo funcione y se equilibre. Una buena comunicación es importante; llorar delante de otros, mostrar nuestra angustia, hablar del fallecido, de la causa de su muerte… expresar nuestras emociones y buscar el apoyo en familiares, amigos o personas de confianza nos ayuda a asumir la pérdida, aceptar lo sucedido, decidir qué hacer y recuperarnos emocionalmente. En algunas ocasiones, el trauma sufrido por el fallecimiento de una persona querida hace que sea necesario tomar medicación para rebajar la ansiedad pero siempre debe estar prescrito por un médico.
Es aconsejable que asista toda la familia a todos los actos que se realicen en los funerales, incluidos los niños a partir de los siete años de edad. Estos ritos ayudan a concienciarse de lo ocurrido y son un fuerte apoyo para el doliente.
Miguel Ángel Cueto.
Director de CEPTECO (León).