Cómo comunicar a los niños la pérdida
Cuando ocurre un fallecimiento en una familia una de las preocupaciones que se puede presentar es el modo de comunicárselo a los niños.
Antes de explicárselo debemos tener en cuenta su capacidad de comprensión y su madurez, ya que en los niños la comprensión de la muerte está condicionada por la edad además de por las actitudes y valores familiares. Los niños necesitan entender que la muerte le ocurre a todo el mundo y que es irreversible. El familiar fallecido no es alguien al que van a dejar de ver por un tiempo pero luego volverá, no, esa persona se ha ido para siempre.
La pérdida de la persona de apego hace que el niño sufra por no poder contar con dicha figura y eso complica la superación del duelo. Si los niños son muy pequeños no reconocen la muerte. Para ellos no es más que una separación que les puede provocar cierta angustia y perciben que algo no va bien por la tristeza de las personas cercanas; por ello conviene no dejarles de atender y abrazarles y darles muestras de cariño frecuentemente.
A partir de los cuatro o cinco años, se les puede comunicar lo ocurrido de modo claro, con palabras sencillas, en un tono sereno, permitiéndoles participar en la vida familiar y dejándoles asumir sus propias decisiones de ir al tanatorio, funeral o cementerio. Les ayudará exteriorizar sus sentimientos y hacer las preguntas que necesiten, acogerles con mucho cariño y comprensión cuando se sientan tristes y también cuando sientan rabia o enfado ya que es una forma de expresar su tristeza.
Dentro de lo posible seguirán manteniendo sus actividades habituales (salir con sus amigos, jugar, practicar deporte o actividad física…). Esto les dará seguridad y confianza. Se hablará con ellos del ser querido fallecido recordando momentos felices vividos con él. Si la despedida no ha sido posible, diseñar junto con el niño, una ceremonia o ritual de despedida.
La mayoría de los niños superan el duelo adaptándose sin mayores problemas a la nueva situación. Pero tendremos que mantener la atención sobre sus necesidades y buscar ayuda profesional si observamos dificultades por un duelo no resuelto.
Miguel Ángel Cueto.
Director de CEPTECO (León).